¿Por qué se caracteriza el estrabismo?

El estrabismo es una anomalía de la visión binocular relativamente frecuente en la infancia (alrededor del 4% de los niños lo padecen, en mayor o menos grado), y debe ser atendido a tiempo, mientras que en adultos resulta más frecuente por traumatismos, enfermedades y accidentes de tráfico.

Es estrabismo es la pérdida del paralelismo de los ojos. No miran ambos al mismo punto, sino que uno de ellos dirige la mirada al objeto que fija, mientras que el otro se desvía en otra dirección.

Esa desviación de uno de los ojos o ambos puede ser muy llamativa, y entonces constituye un defecto estético importante, pero también se pueden dar casos donde la desviación sea muy pequeña y no se aprecie. Este tipo de estrabismo compensado (o “foria”) puede pasar en ocasiones desapercibido, pero puede crear los mismos problemas de visión que las grandes desviaciones.

Los músculos específicos que controlan cada uno de los movimientos de cada uno de los ojos, denominados músculos extraoculares, reciben de nuestro cerebro directa y simultáneamente órdenes de movimiento, de tal manera que ambos ojos se dirigen de una forma coordinada a un mismo objeto que se desea mirar. El estrabismo se manifiesta cuando este sistema mecánico tiene un funcionamiento anómalo. Es decir, cuando por algunas causas concretas los ojos no trabajan de forma armónica y simultánea para dirigirse al mismo tiempo a una determinada acción o a un determinado objeto.

La desviación de los ojos puede ser hacia adentro (endotropía), afuera (exotropía), arriba o abajo (hipertropía o hipotropía respectivamente), o una combinación de varias de estas opciones.

¿Cuándo comienza el estrabismo?

En los primeros meses de vida, el bebé no posee una visión nítida ni binocular; estas capacidades las irá adquiriendo a lo largo de su desarrollo físico normal, por lo que existen algunas teortías que apuntan a una interrelación entre la coordinación de los lados de su cuerpo y la de los ojos.

En la mayoría de las ocasiones, los estrabismos se hacen evidentes en los primeros años de vida: un niño con estrabismo convergente adopta unas posturas y realiza unas acciones muy características (espalda algo curvada y piés dirigidos hacia el interior). En el caso de un estrabismo divergente, el niño adoptará las posturas contrarias.

En todos los estrábicos uno de los ojos, llamado dominante, se diirige al objeto desaeado del entorno, mientras que el otro se dirige hacia un punto distinto de espacio.

¿Cuáles pueden ser las consecuencias del estrabismo en los niños?

Si el estrabismo no es tratado antes de los siete u ocho años de edad, el ojo que permanece desviado no podrá recibir la imagen correcta en el lugar apropiado de su retina. Esta anormalidad ocasionará una disminución visual irreversible llamada ambliopía estrábica, y una pérdida de visión binocular normal.

¿Cuáles son las causas de su aparición?

La mayoría de los casos de estrabismo en los niños tienen una causa desconocida; más de la mitad se presentan al nacimiento o poco después de nacer (estrabismo congénito). El desequilibrio de los músculos que controlan los movimientos oculares y las alteraciones ópticas como la alta hipermetropía, son sus principales desencadenantes.

Diferentes estudios científicos han demostrado que todas las formas de estrabismo se pueden agrupar en familias. Los hermanos y los hijos de una persona con estrabismo son los que tienen mayores probabilidades de desarrollarlo.

Hay otros casos de estrabismo más específicos que podríamos achacar a ciertos factores o circunstancias psicológicas innatas en el paciente, cuando por ejemplo se da una coincidencia de debilidad orgánica (una posible patología), con conflictos de origen psíquico.

Otras causas de estrabismo son las enfermedades oculares, como afecciones de la retina, del nervio óptico, del cristalino, etcétera; enfermedades generales que afectan a los ojos de forma secundaria, como diabetes, enfermedad tiroidea, miastenia gravis, accidentes cerebrovasculares (ictus), tumores cerebrales etcétera; o bien traumatismos de cráneo o de órbita.

-Estrabismo ocasional:

Cuando se sufre una fuerte tensión nerviosa, sobre todo en los niños cuando están en periodos importantes de crecimiento, algunos músculos oculares tienden a contraerse o acortarse excesivamente, situación que puede dar lugar a este tipo de estrabismo.

-Estrabismo acomodativo:

El esfuerzo que debe realizar una persona para enfocar un objeto provoca un estrabismo convergente en un hipermétrope. Este estrabismo hace su aparición, en la mayoría de los casos, en la infancia.

-Mal funcionamiento de uno de los dos ojos

-Estrabismo paralítico:

Cuando los músculos extraoculares funcionan deficientemente.

¿Se puede prevenir el estrabismo?

El estrabismo como tal no puede prevenirse, aunque podría suponerse su aparición basado en la herencia genética del afectado. En el futuro, tal vez las investigaciones desarrolladas con biología molecular pueden facilitar la anulación o inhibición de los genes que participan en la posible aparición de los estrabismos congénitos, aunque por ahora no existe ninguna solución de este tipo.

Es muy importante la exploración de las funciones oculares en los primeros días de vida, con el fin de detectar anomalía estrábicas. De esta forma, pueden aplicarse tratamientos que evitarán la progresión de la alteración y posibles complicaciones posteriores. Así pues, la detección precoz es muy necesaria para lograr que los estrabismos puedan tener el mejor tratamiento y evitar complicaciones por la progresión de la disfunción, sobre todo la ambliopía estrábica.

El trabajo multidisciplinar y coordinado entre diferentes profesiones sanitarias como pediatras, oftalmólogos, neurólogos y ópticos-optometristas resulta fundamental para lamedor solución de los casos de estrabismo.

¿Qué tipos de estrabismos existen?

Este trastorno de la visión binocular tiene como consecuencia no sólo la supresión de las imágenes recibidas por uno de los dos ojos, sino que el ojo no dominante puede llegar incluso a convertirse en un ojo vago (ambliopía).

Según hacia dónde se dirijan los ojos, el estrabismo se divide en:

En caso de estrabismo, ¿cuál es el mejor tratamiento?

El tratamiento del estrabismo está dirigido fundamentalmente a:

  • Evitar la ambliopía: para ello se recetarán unas gafas que compensen el problema óptico (si lo presenta), y se ocluirá con un parche el ojo sano para que el otro desarrolle una mejor visión. En ocasiones los niños se oponen al uso de los parches, pero son la única forma de evitar la ambliopía.
  • Enderezar los ojos: algunos estrabismos asociados a hipermetropías pueden corregirse parcial o totalmente con lentes, pero lo más frecuente es el tratamiento con cirugía. Por medio de ésta se puede obtener un “alineamiento” de los ojos y una mirada estéticamente aceptable.
  • Restaurar la visión binocular: esto se logra con los tratamientos anteriores, pues al obtener el alineamiento de ambos ojos y una visión similar se puede alcanzar una visión binocular muy cercana a la normal.

También el tratamiento depende en gran manera del tipo de estrabismo de que se trate. En todos los casos, dicho tratamiento debe estar dirigido por un especialista y el primer punto que se debe tratar es sobre la adecuada compensación de los defectos de refracción que el paciente estrábico pueda tener.

Los bebés no suelen ser considerados estrábicos hasta que no tienen 6 o 7 meses. Pero si perduran los signos del estrabismo pasado ese tiempo, se debe acudir a los especialistas de la visión tan pronto como sea posible con el fin de obtener los mejores resultados. Es muy importante en estos casos la mentalización y trabajo a posteriori de los padres.

En cualquier caso hay que comenzar por la técnica de la oclusión, entre otras, para poder entrenar y mejorar el ojo desviado. También son aconsejables los ejercicios dirigidos por el óptico-optometrista de deslumbramiento retiniano, para que sea estimulada la fijación en la fóvea. En todos los casos de estrabismos es muy necesaria la constancia y la regularidad para conseguir llevar a buen término el programa de reeducación visual.

Si llegara el caso, se recurrirá a tratamientos farmacológicos (infiltración de toxina botulínica que actúa paralizando los músculos oculomotores) e incluso a la cirugía por parte del oftalmólogo, acompañada generalmente con un algún entrenamiento visual que ayude a desarrollar la fusión y la visión en tres dimensiones (estereopsis).

El alineamiento de los ojos puede lograrse con cirugía en el 80% de los casos. No obstante, si se detecta el estrabismo precozmente, la mayoría puede llevarse a cabo mediante corrección óptica en gafas, oclusiones con parches y ejercicios musculares. La intervención quirúrgica (únicamente por una mejora estética) se reserva en los casos en los que el ángulo de desviación del ojo lo exige.